Friday, July 25, 2014

Entrevista a Yakov Rabkin


El sionismo, contra la historia judía
Rabkin sostiene que el movimiento sionista produjo una ruptura en el judaísmo. El historiador, judío practicante, pone en discusión la existencia del Estado de Israel. Y distingue los logros del sionismo de la continuidad judía.




Por: Alberto Gonzalez Toro


El autor se aboca a cuestionar el mito según el cual el Estado de Israel protege a todos los judíos y constituye también su madre patria. Con mucha razón, el libro demuestra que ese mito es antijudío". El historiador Joseph Agassi, que escribe el prefacio de Contra el Estado de Israel, del profesor Yakov Rabkin, sintetiza en pocas líneas el contenido de un ensayo polémico que acaba de editar en la Argentina el sello MR. "Cite ese prólogo; Agassi ha entendido como pocos el sentido de mi obra", dice Rabkin por teléfono a Ñ desde Montreal, Canadá, donde vive desde hace 35 años.
Publicado en francés en 2004, este libro ha sido traducido a siete idiomas, y fue nominado al Governor General's Literary Award de Candá (2006), y al premio Hetch de Israel (2008), que se concede a obras sobre el sionismo.

Usted no diría nunca "Viva el Estado de Israel"...

Yo no digo ni contra ni viva. Yo soy historiador, y quiero poner de relieve una distinción importante entre sionismo y judaísmo.

¿Qué es el sionismo?

Es un movimiento político creado en la segunda mitad del siglo XIX, inspirado por los nacionalismos europeos, y que sólo prosperó en Europa. Es importante subrayarlo porque los judíos sefaradíes, en los países árabes y musulmanes, no se encuentran entre sus fundadores. La mayor parte de los intelectuales rabinos rechazaron el sionismo como una perversión de la continuidad judía. Los sionistas hablan de regenerar al pueblo judío. En esto, los sionistas coinciden con los antisemitas cuando dicen que el pueblo judío está degenerado, que no es un pueblo normal. Todo el mundo está de acuerdo, sean sionistas como antisionistas, que el movimiento sionista produjo una ruptura dentro del judaísmo, una rebelión en contra de la historia judía. Y ahora vemos los resultados.

¿La guerra permanente con los árabes, por ejemplo?

Sí, pero sobre todo, como yo explico en mi libro, los sionistas quieren crear otro judío, muy diferente del tradicional. El israelí de tercera o cuarta generación tiene muy poco en común con los judíos de la diáspora. Es muy importante hacer una distinción entre los logros del sionismo, como la creación del nuevo hombre hebreo y los logros industriales y agrícolas, y el desarrollo de una verdadera continuidad judía.

¿Los antisionistas no están de acuerdo con la formación del Estado de Israel?

No. Para ellos, la idea de considerar extranjeros a los judíos que viven en los países donde nacieron ya constituye un peligro. Además, como decía Hanah Arendt muy claramente, crear un Estado es muy peligroso porque así jamás terminaría la guerra. Decía ella que aunque se logren victorias, aunque lleguen millones de inmigrantes en forma permanente, la guerra iba a continuar.
El Estado israelí fue constituido contra la voluntad de las naciones de la región. También Albert Einstein, Martín Buber y muchos otros intelectuales judíos no querían formar un Estado étnico judío. A Einstein le ofrecieron ser el segundo presidente de Israel pero rehusó. Sé que hay muchas personas a las que no les gusta hablar sobre este tema.

Y no les va a gustar que se publique este libro.

Puede ser, pero yo, como historiador, quería descorrer el velo. Entre la gente en general se confunde mucho el judaísmo con el sionismo. Todavía no sabemos quiénes realizaron los atentados contra la Embajada y la AMIA, pero existen sospechas que esos atentados no fueron provocados por los antisemitas tradicionales sino que es una consecuencia del conflicto en el Oriente Medio.






El ex primer ministro Ariel Sharon, que agoniza desde hace más de dos años, ¿reflejaba el punto de vista del sionista más radical?

Entre otras cosas, el libro sirve para que la gente pueda diferenciar al judío que vive en su barrio de un hombre como Sharon, quien explícitamente simboliza la discontinuidad del judaísmo.
Ya en 1938, Einstein se opuso a la partición de Palestina, y protestó contra la masacre de árabes en Deir Yassin, en 1948. Esa matanza formó parte de la limpieza étnica, que empezó en 1947. Se quería crear un Estado que no tuviera muchos árabes. Yo creo que la colectividad judía debería estar muy interesada en que se conozcan ampliamente estos hechos: la colectividad, sobre todo en la Argentina, ha pagado un gran precio por esta confusión entre sionismo y judaísmo. Estoy convencido de que hay varias comunidades judías en la Argentina. Como en cualquier país del mundo, las opiniones judías no son uniformes, no son idénticas; espero que muchos judíos argentinos apreciarán mi libro, y tal vez aprendan algo de mi estudio.

Algunos, probablemente, lo van a calificar como antisemita.

El libro ya se editó en varios países, y en ninguno me llamaron antisemita. Empecemos por un pequeño país, Israel, donde se publicó en inglés y francés. Me entrevistó el periódico Hareetz, con una crítica muy positiva. Es cierto que hay gente que no quiere abrir un debate sobre el sionismo.
Pero como yo digo en el final de mi libro, el pueblo que teme su pasado no tiene ningún futuro.

¿Llegará el Mesías?

Yo soy un judío practicante. El concepto del Mesías es parte del judaísmo. Honestamente, yo no reflexiono todos los días sobre la llegada del Mesías, pero creo que va a haber una transformación universal, que tal vez ni yo ni mis hijos la veamos. Yo explico en el libro que el proyecto mesiánico no es un proyecto judío, sino universal. Y esto es, por lo menos, una perspectiva muy bella. [an error occurred while processing this directive]



http://edant.revistaenie.clarin.com/notas/2008/04/19/01678702.html


Dr elephantii (el blog de Dr elephant

Reseña: CONTRA EL ESTADO DE ISRAEL (de Yakov Rabkin) por Karina Puente


Reseña:


Antisionismo no es igual a antisemitismo
                         por Karina Puente     






El historiador judío practicante Yakov Rabkin, catedrático en la Universidad de Montreal, escribió “Contra el Estado de Israel”, un libro en el cual además de narrar la historia del movimiento sionista, expone varias voces opositoras a la formación del Estado israelí y al modo en el que se logró, como así también intenta desmitificar axiomas que fueron implantándose en el inconsciente colectivo.
     Rabkin afirma: “Los ideólogos del sionismo han convencido a una gran parte de la opinión pública de que éste representa a todos los judíos. Fundir estos dos conceptos, Israel y pueblo judío, es la táctica corriente del pueblo israelí y de la mayor parte de sus aliados en varios países. Atacar al sionismo significaría entonces atacar a todos los judíos”. Una de las ideas que más esclarece este texto argumentándola de varias maneras es que antisionismo no es igual a antisemitismo.
 El Estado de Israel se creó en el año 1948 a fuerza de sangre y presiones diplomáticas. El movimiento sionista, que comienza su trabajo colonizador sobre Palestina a fines de la Primera Guerra Mundial, con el gobierno británico como principal aliado; toma un fuerte envión  al culminar la Segunda Guerra tras los horrores sufridos por los judíos durante el Holocausto. El conflicto árabe-israelí es muy conocido y es figura constante en los medios de comunicación internacionales a causa de sus conflictos, guerras y terrorismo. También la alianza entre el gobierno norteamericano y el israelí, pero poco se sabe  de la oposición judía al sionismo.  
     Según el historiador, el Estado israelí se formó en contra de la voluntad de las naciones de la región, pero en este punto el autor se preocupa por  no enfatizar la masacre e injusticias que cometió el sionismo contra la población palestina, nombrándolas muy al pasar. Por el contrario dedica una parte considerable a la manipulación del Holocausto que habrían realizado los líderes sionistas para beneficiar su proyecto.
     El sionismo es un movimiento laico y desde sus inicios tuvo entre sus principales opositores a los religiosos ortodoxos quienes sostienen que “la conquista militar de la Tierra Santa y la reunión de los judíos en su seno constituyen una blasfemia, una usurpación de la prerrogativa divina que mina la alianza de los hijos de Israel con Dios”. El rabino Weberman por ejemplo, sostiene que “el odio al judío que provocaron los sionistas y su Estado es más cruel y abierto que el odio que animaba a los nazis”.
     “Contra el Estado de Israel” muestra la fragmentación de la sociedad israelí. Destaca el hecho de que el Estado de Israel pasó a ser uno de los lugares más inseguros del mundo para un judío por sus constantes conflictos bélicos. Y prevé que el Estado de Israel puede desaparecer como muchos estados, pero el pueblo judío existirá mientras exista la religión judía.




 
                             
                           

RABKIN, Yakov. Contra el Estado de Israel., Historia de la oposición judía al 
sionismo. Buenos Aires: Martínez Roca, 2008. 

Tuesday, February 04, 2014

El espejo

El espejo









Ese que lanza un misil sabe que el blanco final y perfecto será su mismísimo pecho. Encandilado de luces, confuso de estruendos en el frente o en el margen de su fe, ya no sueña sueños fugitivos por las noches, sino que repite –una y otra vez– involuntario, y de manera idéntica, lo ya vivido y oteado ni recuerda cuándo; de esa descomposición del tiempo en la intimidad de aquel que se lanza sobre sí mismo como si fuera un otro, de ese mismo vértigo que lo alimenta, lo inocula y lo excede, dijo una vez el poeta: cuando huyen de mí, yo soy las alas. Atrapado entonces en ese espejo que todo lo empareja no atina a reconocer que entre la vigilia y el sueño se ha disuelto una diferencia, se ha roto un límite protector, y que en esa continuidad extrema en la que es arrojado, la vida se amontona moribunda en un laberinto donde todo refracta igual –porque sigue ocurriendo el disparo y el misil como si nunca hubiera ocurrido o como si hubiera ocurrido desde siempre; en esa permanencia, sin corte ni jornada, la fiebre no baja y el desenlace no llega. Todavía no sobrevuelan los pájaros carroñeros, ni husmean dispares las jaurías diseminadas que espantan a los que imploran por volver, pero no será animal lo que acerque la tregua antes del fin; sólo será un aullar y el batir de alas acentuando un silencio más inhóspito que imperfecto lo que evidenciará que la tregua es el instante donde la luz se eclipsa y el espejo en lo oscuro no apisona, ni oprime un rostro sobre el otro rostro, tensión que compulsa, como por vez primera, a lanzar un misil.


Vanesa Guerra




Suplemento de cultura. Contratapa. 02-02-2014. Diario Tiempo Argentino


Wednesday, January 22, 2014

Lo que cae > Vanesa Guerra


Lo que cae

vanesa guerra






Ante la nieve V busca capturar el movimiento, pero el movimiento es un sacudón, un cimbronazo, no hay foto que lo resista, la experiencia deshará la imagen como la nieve cuando se vuelva agua; entonces irá con esas manos que nunca reconoce propias a hundirlas moradas y enamoradas en la espesura fría que cobija el pie de esta frondosa mata de flores.
Ahora, en cuclillas bajo la nieve, el silencio es puro movimiento y la subyuga, pero ¿es el silencio lo que la somete?, ¿es el silencio lo que la resta del paisaje? Ese callar de sí es soportable porque está hecho de nieve que cae y levita y despierta una emoción que abre su tiempo al tiempo de los otros, tránsito que va de la soledad al misterio, y allí Sarduy: "la nieve crea un silencio particular, una calidad única de silencio, como una textura del vacío" luego, la quietud podría ser horrible, es el movimiento lo que nos salva, un silencio así siempre protege, pero un silencio inmóvil, sostenido día tras día, idéntico a sí mismo, podría ser imposible salvo cuando se torna insoportable. V quiere tomar esa foto, la que indica que la repetición del silencio en un punto es factible, que cierta repetición fagocita las diferencias, que algunos saben muy bien cómo invisibilizar el resto, cómo forcluirlo o exterminarlo de una forma masiva; esa es la foto que no da tregua, la que ahoga el pliegue y aplana la textura, esa es la foto que algunos tienen incrustada en la piel como un tatuaje del espanto que sólo el tiempo en la vejez de los cuerpos apenas estira o aja en alguna arruga.


Publicado en Tiempo Argentino. Suplemento de Cultura.

http://tiempo.infonews.com/2013/12/14/suplemento-cultura-115006-lo-que-cae.php


Lo que cae. Vanesa Guerra

Experiencia del exceso <<>> Vanesa Guerra.

La real experiencia del exceso

vanesa guerra




En la noche el agua redobló el caudal y entre espesura y oleaje superó el metro treinta adentro de la casa. Eso, que invade y hiede, arrasó con mis libros buenos, los que necesito con premura a cualquier hora, los que no anidan ni muy bajo ni muy alto, los que dan a la cintura y al pecho.


Inundarse es la experiencia real del exceso, de lo que no cabe e insiste. Cuando nos toma el amor nos inundamos; cuando lo perdemos, también. Son excesos de falta y excesos de sobra, las diferencias son sutiles y en ellas el desorden íntimo se activa y despliega su potencial para descomponer el límite protector. Y quedamos a la intemperie. Expuestos.

¿Pagarían por centímetro inundado? ¿Cuál es la medida del dolor? El dolor no es por el libro, que tampoco se reconoce, no es por el objeto amado y besado. El dolor es la pérdida material de aquel encuentro, anotaciones vertiginosas que anochecerán con el olvido; trazos con los que he vuelto a dialogar en el suceder del tiempo.

En esta deriva incómoda –pareciera que me voy borrando– hasta el malestar es una emoción mundana. Estoy ligera; ya quisiera perderlo todo. Mis referentes fueron anegados –el agua es terrible cuando no apaga la sed, cuando no limpia ni bendice–. En estos días asisto a las huellas de lo que fui. Y en lo que ha sido mi casa, Washington y Besares, Saavedra, las notas en esos libros secan su voz buscando el sol del otoño, desde ventanas inconclusas, oreándose entre rejas, y casi indescifrables, arañan, la reescritura de lo que se ha ido.



Barrio de Saavedra, 
Washington 4214; esquina Besares.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 2013.


publicado en
Diario Tiempo Argentino:

http://tiempo.infonews.com/2013/05/12/editorial-101715-la-real-experiencia-del-exceso.php

dr elephant II

Garantía (bs.as.) vanesa guerra



Garantía
vanesa guerra






Sé de otro, lejano para Sindhu, donde no sólo el agua falta 22 horas por día como sucede en el corazón averno de la India. En ese otro vive Jészu, que no gusta del baño y abusa de un perfume que es chicha y es limonada; ayer nomás ayudó a su padre a quemar pira de gomas para cortar la Juan B. Justo. Las llamas en la noche lo emocionan, aunque el agua falte, la luz insista negada y las boletas trepen al cielo espeso como ceniza imposible de plástico no reciclable. Para Sindhu todo llega al cielo: las flores que despiden a los muertos, las habas que fueron almas, las penas que infligen demonios confusos, los elefantes de piedras preciosas y orondas diademas de tules que enmoñan orejas que persiguen escoltas ratas santas, esas que avanzan peregrinas desde el Ganges hasta el Karmi Mata y que a buen ojo de un tercero no son muy diferentes a las que brotan del Maldonado y del Riachuelo y conquistan gloriosas y robustas las antiguas veredas de San Telmo bajo estrellas sureñas que refulgen rotundas en pelajes taciturnos, retretes fortuitos y bolsas de basura que un camión de madrugada pisa, convida y despilfarra. Jészu cree que todas las ratas del mundo son familia, que hermanan todas en misma lengua, que merecen la caricia del distinguido y el beso húmedo del dueño de los aguateros. Agua va bajo la tierra fecunda que salva distancias, que enlaza hombres e ideas y todos en todos somos uno en ella. La Rata es dios, suspira Jészu en la noche, hija del agua buena y pestilente, lucero del nuevo tiempo, garantía de la sed que está por venir.




+ publicado en http://tiempo.infonews.com/2013/04/07/suplemento-cultura-99616-garantia.php

diario Tiempo Argentino. Suplemento de Cultura. Contratapa

Kumbhamela Festival<<>> Vanesa Guerra

KUMBHAMELA
festival-









En Kumbhamela los santos terrenos enloquecen de esperanza; piadosos embadurnan sus cuerpos con cenizas de muertos y bajo albas peregrinas se aprietan entre millones que liban, lamen, gritan, y zambullen espíritu y carne para liberación de 88 generaciones venideras. 
En la confluencia del Ganges y el Yamuna el gentío inúmero implora y el caudal revoltoso llevará la pena. 
Allí el Sadhu lava el futuro, lo resguarda bajo pétalos frescos, lo susurra, lo adora y lo hace lucir inmenso en el cuerpo extasiado de mantras, excrecencias, elefantes, monos y sombrillas. 
El hombre santo no ve a quien lo mira: el tiempo nunca está de frente, es recorte de cristal en la vidriera de otros ojos. 
Ese hombre que dio lo suyo al río ya no reconoce pesar ni rostro en el espejo. 
Vacío de nombre es cuenco nuevo para colmarse del barro confuso de los días. 
Sabe que nada es profano, lo muerto y lo vivo habita la misma cosa y en su práctica atávica la necrofagia ilumina; mientras el delfín ciego de la India nada entre cadáveres y flores –que no come, no–, el Sadhu Aghori, vaciado de dolor y aterido de fe, atiende al sabor final del fuego y del agua en los restos y cenizas de una pira en otra orilla.


vanesa guerra












* publicado en Tiempo Argentino. Suplemento de cultura. Contratapa
http://tiempo.infonews.com/2013/10/06/suplemento-cultura-110664-kumbhamela.php
dr elephant II

Saturday, January 26, 2013

Lola Larrosa: El lujo. Colección las Antiguas. Editorial Buena Vista. Prólogo: Guerra Vanesa

El lujo de Lola Larrosa - a libros quemados, mujeres que escriben. 





I

Rosalía no está en su sitio, ha palpitado (intuye-sospecha) otra realidad, esto es: otro sitio que la mueve íntima y no tan secreta a gestos y ensueños que la enardecen hasta el desfasaje y desencuentro de los planos que habita.

Cómo salir de ese sitio no suyo, si aún siquiera sabe cómo es que está ahí; cómo salir con la fuerza presentida y presumida de sus gustos propios (e impropios) hacia lo intuido y destellado; cómo, porque el deseo primero se intuye, destella alguna cifra extravagante y después, o mientras tanto, duele, duele en su espera, en el tiempo que transcurre hasta descubrir la cifra de ese destino, duele en aquello que preludia la acción que habilitará un pasaje y nos exiliará de donde no se es y a fuerza creímos haber sido.

En los interiores abiertos que nos habitan, es de un exilio del que se nos habla:

Partir de sí y llegar a sí, como si se fuera otro.



II

¡Tengo un mundo dentro de mi cabeza! ¿Cómo ir?

Rosalía es nombre que anida a Larrosa, y en una sonoridad lúdica, si pierde una i y pierde una r, resta ir: ir es nido verbal que aloja un saber certero sobre cuánto puede un libro abrir- zanjar caminos en la vida. Escribir, bien lo saben estas mujeres (la escrita y la que escribe) muta vidas, planos, subjetividades, reinventa, funda. El lujo es andar con la pluma cuando asume el poder de la navaja. Y esta Rosalía-Larrosa, amable lectora, ha gestado -pues ha sido preñada y premiada por otras letras- un mundo nuevo que le arde en la cabeza. Y cuanto más le queman los libros, y cuánto más le dicen que no y que cruz diablo, ella, mujer que anida en el verbo, va, abierta, va.



III

Es muy triste morir en este rincón sin haber visto otros horizontes. Pero qué cosa. Una mujer que desea algo más que un hombre, algo más que un hijo, algo más que árbol, algo más que un libro, algo más que un Cristo y un paño, algo, más allá de un horizonte que semeja un alambrado quieto, y, si acaso no es bruja, ni pecadora, ni pródiga hija, una mujer así, pues, ¿qué cosa es?

Es un Lujo, una Encendida, pura Lava.



IV

De la hazaña (vida y obra) cuentan –temerosas- las palabras de Don Alberto Navarro Viola que, lejos de ejercer su oficio de crítico literario, se va de boca en una reacción y le escribe: que desvíe con provecho las tendencias de su espíritu hacia rumbos más propicios y acaso de más vuelo para su corazón de mujer.

Es que una mujer así complica las reglas, alborota, desordena.

Larrosa trabaja como escritora y periodista, es una rareza de la época, celebrada por otras raras lindezas pensantes sudamericanas que se cuidan como quien cuida un jardín por los frutos de verano, y allí estaban, a veces codo a codo, en reuniones, cónclaves, cartas, revistas, diarios; entonces un hombre así -tan inquieto y precipitado por estas féminas atrevidas- forma parte de la ficción y afición diaria en esa Buenos Aires Rioplatense de fines de siglo XIX, por tanto, Larrosa no va a detenerse en los temores de los otros, pues ella es escritora, escribe, es su naturaleza y su trabajo. Qué ocurrencia, la de ése y la de otros que hoy no se nombran y al caso vienen, que una escritora deje de escribir, que una trabajadora deje de trabajar,

no simulan ser progresistas,

(ay, figurar-figurar, no sólo es cosa de esta novela costumbrista, también es afán y condena de la época).



V

Esgrimía Josefina Pelliza una estrategia: la opresión de la mujer es anti progresista; para estos casos, la exigencia inherente al progreso, no siempre encontró hombres a la altura de la circunstancia y esa idea espadachina ponía a prueba los actos nacidos de los regímenes masculinos; parecería que así como algunos hombres festejaban lo nuevo, otros, patitiesos progresistas, las dejaban hacer, como esa frase que viene de lejos y todavía retumba y ata: “las mujeres son como los barriletes, hay que darles mucho hilo”.

Es posible que en la continuidad de lo patitieso, donde el hilo no se corta, ni se suelta, todo fuera cubriéndose de yuyales fulgentes, hiedras, enamoradas del muro, y con ese gesto indolente se acallara y ocultara, por largo tiempo, la construcción de la antigua ciudad de escritoras.



VI

Lo que duele. Ay de la mujer que no se identifica con su suerte, y con su propia mano no cultiva la flor bendita de sus amores. En ese tremendo desfasaje se ubica Rosalía. No esta en su sitio, dicen. Gusta de otras cosas, viste de otro modo. Es una extraña, una otredad para las mujeres cercanas; ese desfasaje, en principio, tiene un nombre: Lujo. (Rosalía gusta del Lujo). Para ese resto comunitario sosegado en lo propio (el poblado de Marvel, la familia, el campo, el esposo, la chacra, los chanchos, los frutos, el amor, el cuidado de la casa, la iglesia…) Rosalía es una patada al espejo de las semejanzas, una curiosidad, un rechazo, algo amoral porque no se asimila a la naturaleza homogénea del grupo; la moral aplana las rugosidades que toda pasión impone, busca igualar. Desde esa moral cristiana (que opera como un personaje más en la obra), las oposiciones entre las unas (mujeres del poblado de Marvel) y las otras (mujeres de la Ciudad de Buenos Aires) provocan afectos primitivos de constitución subjetiva; la base de estos afectos es simple: inclusión o exclusión (aceptación o rechazo). Remite a una lógica de opuestos, así es que no podríamos hablar seriamente de las diferencias, de la diversidad entre estas mujeres, en todo caso deberíamos considerar el derecho y el revés de lo que podría ser una mujer en esa época, época enredada en las trampas morales de un espíritu progresista de corte masculino. Así, el afán de querer pasarse al otro lado, (de lo humilde al lujo, por ejemplo) tiene por destino el fracaso pues el territorio es moral, y a la vez tiene por égida y eje el progreso, comprendido mayoritariamente por los cultores de ese tiempo, lo que significa en esta obra y en una instancia primera: cómo ha de ser una mujer para un hombre de la época.





VII

Ir ¿De dónde a dónde?

El real fracaso no lo absorbe la responsabilidad del eje o la égida masculina, y Larrosa lo sabe, y en la obra se demuestra. El pasaje que habilita el exilio dentro de una mujer, es el pasaje que la lleva de un acto moral a un acto ético; por tanto no se resuelve en un pasaje de opuesto a opuesto; el motor de la búsqueda que ha precipitado ese movimiento no se agota en ese vaivén, en esa oscilación. Por eso es necesario el efecto de la navaja, del corte. Creería, en esta lectura que me permito, que éste es el punto de la novela, que ésta es la crítica de Larrosa, que es ésto lo que señala y ubica.

En el caso de Rosalía, pues bien, madre y hermana la aman (moralmente), la esperan, esperan que se le pase, que vuelva la ovejilla descarriada. O sea, ante este desear e ir detrás de lo que no se tiene ni se debe, surge la esperanza de disolución de ese afán, la esperanza de la comprensión, para luego aguardar su regreso y agregarla al grupo para igualarse a ellas y en ellas.

En el caso de las amigas Monviel, -esas hermanitas que la llevan de la mano hacia el afán de lujo- pues bien, esas hermanitas tampoco soportan el desfasaje y aprovechan las ganas urgidas de Rosalía para travestirla a sus antojos y usarla como señuelo caza- hombres de la más rancia y cremosa sociedad, para usufructo personal.



De todas maneras, siempre hay un resto que no se disuelve y esa Rosalía engalanada hasta el aura, no deja de ser una extravagancia para toda la clase adinerada que la recibe, exhibida como a una muñeca rara y festejada como a una monita vestida de seda.

Convengamos, entonces, que aquí también Rosalía es una patada al espejo de las semejanzas.



El punto, en verdad, es que Rosalía no es ni de aquí ni de allá, porque aún no es de ella, no ha llegado a ella, a ella: puro resto irreductible a los otros, lo que implica un pasaje al deseo y a la ética, un corte, un final a los devaneos morales, que sólo muestran los opuestos: campo- ciudad/ pobreza-lujo/ perfidia-fidelidad/, costurera (mal paga)/mantenida; soltera/casada… etcétera, figuras que dicen sobre el revés y derecho de lo que podía ser una mujer en esa época.

El dolor de no ser aparece en los estertores morales de la voz que narra, no así en Rosalía, a quien pareciera recordársele una y otra vez que siempre hay mayor amparo en lo ya dispuesto (el juego de los opuestos), porque fuera de lo dispuesto hay lo abierto, lo que se espacia en cada quien, y eso, que en primera instancia abisma, es el lugar propicio para construir-se.



VIII

A la manera de Larrosa: Mientras Rosalía a paso exaltado se sostiene erguida en las cifras presentidas del deseo, la voz narradora va cercando las posibilidades de disfrute con desgracias y amenazas: ay de ti que no sabes lo que haces; y es que tiene que ponerse todo tan malo que si no a esta Rosalía no la detiene ni la escritora que la sueña. ¿Y por qué no le da rienda suelta? Larrosa ama a Rosalía, y como la ama la aporrea, a cada paso de nuestra heroína, la voz narradora va santiguándose, graciosamente -siempre hay guiños- ¡Pérfida serpiente! ¡Destilaste el veneno ponzoñoso de la tentación y huiste para que se filtrara más y más en el seno confiado de la infeliz acechada! y todo esto porque Rosalía se deshace de placer frente a un vestido divino que su dudosa amiga Monviel le obsequia para lucir en una gala. La voz que narra, es inversamente proporcional a los placeres que gana nuestra heroína. La que anda más suelta de riendas es Lola Larrosa que compone esta obra con una libertad fuera de serie, pues apela a diversidad de formatos narrativos que conviven a gusto; allí lo epistolar, lo periodístico, lo religioso, el chusmerío y sus enjambres, los paneos sobre lo femenino, las hablillas chismográficas, la sinfonía de la murmuración, la historia dentro de la historia, la crítica dentro de la ficción, la ficción interpelando la sociedad.



Las trampas de la moral que tejen la trama, incomodan si olvidamos dos cuestiones: Larrosa escribe, va por su cuarto libro, no es costurera, no borda, no es mantenida por un esposo, trabaja, gana su dinero como periodista y escritora, dirige un diario que ha fundado en su momento Manuela Gorriti; cuando asume la dirección y la posta lo bautiza con otro nombre Alborada literaria del Plata, su marido periodista se ha vuelto loco, tienen un niño de poca edad.

Por eso, la moral que se le exige a Rosalía no deja de estar intervenida por la ética de Lola Larrosa en esta composición literaria que critica y señala las zonas ciegas del progreso como caminos que no conducen a un nuevo lugar para la mujer.

El otro punto a considerar es que Rosalía no es ni de aquí ni de allá, porque aún no es de ella, no ha llegado a ella. Pues no es el lujo, esa experiencia de vivir en aquel Buenos Aires acotado de mujeres adineradas que aman las fiestas, las joyas y los vestidos; ni tampoco la abnegación amorosa de la tranquila vida en un pueblo junto a un hombre en las afueras de Montevideo lo que le permite su despertar, su descifrar el deseo, llegar a sí.

La clave pareciera estar en su regreso, en el regreso de Rosalía después de ese largo, deslumbrante y doloroso periplo; en ese regreso que no es regreso de lo idéntico, Rosalía lleva-invita y alojará en su tierra-territorio a María, una mujer que escribe, que lee, que traduce del francés, una mujer que vive de ese trabajo, que trabaja con la palabra y el pensamiento, esa mujer no pertenece a ninguno de los opuestos en pugna, no es una mujer de la casa, ni una mujer que gasta la plata de su marido en alhajas y vestidos, esa mujer es ajena, habita la zona foránea al par de opuestos que siempre copulan, esa es la otra mujer, esa es la otra, la que marca una diferencia, la que abre a la diferencia; de esta posición emerge otra ética, una posibilidad que invita a la letra, invita a un nuevo lugar, a lo abierto, para asimilar la diferencia y en su construcción alojarla.







VIII

Créditos y respetos: Lea Fletcher; Bonnie Frederick; Clorinda Matto de Turner; María Teresa Ramos García; Josefina Pelliza de Sagasta; Cristina Andrea Featherson; Vicente Osvaldo Cutolo; Tomás Auza; Sylvia Molloy; Sandra Jara y Cristina Piña, a cuyos trabajos recurrí conforme avanzaba en la construcción de esta nota. 

Vanesa Guerra 

Mayo 2011

El lujo : novela de costumbres/ Lola Larrosa :con prólogo de Vanesa Guerra - 1ra edicion. Córdoba: Buena Vista Ediciones, 2011
188p. 15x21cm  (Las Antiguas: Primeras escritoras argentinas/ Mariana Docampo)
ISBN 978-987-1467-28-0
1 Narrativa argentina. 2. Novela I. Guerra, Vanesa, prolog.II. Titulo
CDD A863

http://coleccionlasantiguas.blogspot.com.ar/2011/07/el-lujo-de-lola-larrosa.html

Saturday, July 14, 2012



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PizarniK- MolloY

A Sylvia Molloy
Miramar, Viernes 6, 24 hs.

Ma Chère S., se te extraña aquí, si supieras cómo se te extraña aquí. Y muy en especial se piensa en tu “segundo” rostro —el que traté torpemente de describirte. Espero ser chez toi materia de nostalgia, si es que tenés tiempo y espacio libres para mí, ahora que andás por el lugar de las metamorfosis y de los descubrimientos.
Hoy cometí mi primer acto heroico. Fui a la playa. Pero no estoy tranquila, no estaré tranquila hasta que no escriba como yo deseo sobre lo que deseo y de la manera que deseo. Nada más estúpido que alentar estos deseos y no obstante son más fuertes que mi sentido erítico y mi sentido del humor. De todos modos escribo poco y mal. A causa de ello dibujo un poco, pour me réchauffer un peu, para invitar al Gran Silencio a posarse en mi memoria. Pero qué te estoy diciendo para mi capote! Decíme pronto si vendrás en Semana Santa pues en caso contrario no me interesa quedarme en Nachtua, quiero decir en Miramar. Envié sendas cartas a las Hamadas Olga e Yvonne de modo que si venís llamálas por si desean también venir.
Après les pluies et les rires et les saisons et les fourrures et le soleil et notre sourire il reste une chose inal-te-ra-ble:je t’aime beaucoup, beaucoup, beaucoup, d’ace?
Exhaustivos abrazos, querida amiguita, y más aún
Alejandra
Otra perita von Avila: “Peribañez o el Comendador de Ocaña” de Lope de Pera. Hacer un bello caballerete renacentisco mit die hand und mit die gregüeseos von culotem de soie.

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A Sylvia

A la hora de oro no dores las palabras, al duro sol de la poesía A la hora sin oro dedícale una mirada sin tiempo una mirada sin oro sin horas dedícale el deseo de no pasar más tiempo para que el tiempo corra ingenuo como el agua de una fuente para que los días pierdan su nombre para que el tiempo pierda pie y tú puedas, al fin, mirar antes del primer día.
Alejandra
Sábado 13 junio 1964
Nota: Atención de Sylvia Molloy

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Crónica social
Por Bartolomé Cabello y Caspay Julio Secador y Plancha

¡¡¡El escándalo de la semana!!!
Piénsese en Sir Walter Raleigh.
Piénsese en Petrona C. de Heidegger.
Piénsese en mi tío.
Tan dispares referencias no tienen otro objeto que el de llamar a lareflexión, con el fin de transmitir, comunicar e informar a nuestros inocentes —por ahora— lectores y lectrices, acerca de un escandaloso suceso en el que tomaron parte tres mujeres muy representativas de nuestra intelectualidad telúrica. ¿Quiénes son aquellas a las que no vacilaremos en tachar de endemoniadas? Ellas son:
1) ALEJANDRA PIZARNIK Y PI Y MARGALL Y PU, conspicua representante de nuestra contemporaneidad vigentemente pútrida, autora de “Las masas más ajenas”, “La última trastada” y “Los yoghurtes perdidos”.
2) SUSANA THENON INCLANSKY, SEÑORA DE PUEBLA Y CARMIÑAL MANTOVANI, perspicua rematadora y martillera privada laika, autora de “Reblán sin tregua”, “Tregua sin reblán” y “Spolianski” (poemas).
3) ANA MATA BARRENECHEA HARI SPITZEROVA DE HULA-HULA, cirujana en letras, perita y manzanita en Estilinsky y Gramatova, Master of Arts of Embriology and ciencias Ocultas, autora de “¡Viva Alfonso Reyes!” (tesis de doctorado), “¡Muera Alfonso el Sabio!“ (tomá), y “Se necesitaba tanta jalea real para encender tanto José Cría”, (Balneario La Paloma, 1959).
Las citadas potrillas fueron vistas en circunstancias que nos es penoso consignar. A las 2 de la madrugada canicular, tres sombras se arrastraban hacia un mateo. Una de ellas, la más flaquilla, cubría su rostro con un níveo limpiamokos, a fin de nos ser reconocida. Pero ¡tate!, nuestras cámaras fotográficas captaron el momento en que, con ágil y vicioso brinco, se encaramaban al citado artefacto.
¿A dónde se dirigían a esas horas de la noite? ¿Quo vadis, mentecatas? ¡Noli me tangere, sierpes!
Rueda el carro infernal por la noctámbula calzada. Desde nuestro escondite escuchábamos sus risotadas caducas, sus arrebatos demenciales, mientras amenazaban al pobre auriga con tomar un coche de remisse.
¡Fementidas mozas! ¡Zagalas vendidas al oro de Nápoles y a por quién doblan las campanas, con Ingrid Bergman y Gary Cooper, en el lorraine, $15! ¿De qué os sirvieron las lecciones que os vois impartieron en la Carpa Birmana (Birmansky y Korsakoff Ltda.)?
Y para sellar la afrenta, habéis manchado con vuestro esputo el vetusto frente de la casona solariega de la facultad de filosofía y letrinas.
para Anita con el mucho afecto de su amiguita
Alejandra
y la Susy (del abasto)
Nota: Atención de Ana María Barrenechea

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Ya es de día, arráncate los ojos más grandes del mundo.
Ya es de día, desnúdate de tu cuerpo de ángel perfumado. Ya es de día. Vístete con cáscaras de tortugas asesinadas, cúbrete de pelos polvorosos y de residuos de sangre. Arrástrate por las paredes en busca de alimentos, bebe donde orinan los muertos. Levántate y anda, bestia con memoria, memoria llagada, recuerdo de sangre. Levántate, desconocida con alas de arpillera, vuela cargada de tierra por las piedras silenciosa. Sacrifica tu sueño y cúbrelo de cenizas. Incorpórate, es de día y los justos ya trabajan. Reintégrate a la grasa, al sudor y al polvo. Confiesa hoy también que aún estás viva. Levántate y anda, pobre bestia, y sin llorar.
Alejandra Pizarnik
Nota: Atención de Ana María Barrenechea

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Dos finas poetas argentinas:Alejandra y Sylvia y viceversa
—Tac, Tac, Tac. Los martillazos que daban no dejaban sosiego ni tranquili-dad.
—Mantengamos en alto la líricaxx exigencia
Que impone jerarquías de la ropa interior.
La calidad del culo es la única excelencia...
Así cantaba el Chulo que nos dejó en herencia
El fino privilegio del culo y de la flor.
—Las lenguas muertas. Las lenguas vivavs. El palillero. el cura présbita.
La nariz roma. Una perra gorda en la mano y una flaca en la otra manopara hacerle cuestiones al veterinario. El cogote cortado al rape. Enco-gerse de hombros estilo Angélicacxxxx. Cojo. Hacer cama. ¡Qué cosa tanbonita! Sus fuerzas son pocas, su habilidad es mucha. Tiene un culo algogrande. ¡Qué lástima. Luego salieron seis enanos comiendo confites, opri-miéndo sus niños contra sí, éstos contándose sus vidas y aquellos susamores.
El, la espalda.
El, la frente.
El, la llama.
El, la llama.
El, la llama.
El, la pez.
El, la tierra.
El, la cólera.
El, la prisxión.
El, la malmaison.
El, la toison.
El, la oración.
El, la creación.
El, la semaison.
El, la torpille, la ralme, la fumée, l’armoise, la dour, la légion d’honneur.
Vivaqueemos, vivaqueemos, vivaqueemos!!
C vous connûtes Rosita9?ombrait lègèrement la lèvre supérieure de Rosette un duvet fin. Et aussicelle de sa soeur Conchette la Soltère.
Nota: Atención de Sylvia Molloy. Escritos en colaboración con Pizarnik en París. Los errores tipográficos son de la versión original.

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Escena de la locura de mademoiselle Pomesita Laconasse
por Sylvia y Alejandra y porAlejandra y Sylvia (y vice versa)

La que con su culo pajarero decía “perfumear” en vez de “perfumar”desp- ertó esa mañana con deseos de intrinsiquezas dignas de un iñiguista.
—Who am I?— estalló.
Pero se detuvo en esta inquisición con la diestra yx desición de univer- salizar se peripato. Por eso enflautó:
—Who is who?
Esto la hizo xx reir a mandíbula batiente. Es así como soltó el trapo y el chorro, carcajeó, se comió la risa, se finó de risa, se descalzó de risa, se destornilló de risa y por fin se cayó de culo prorrumpiendo:
ja ja ja
je je je
ji ji ji
+ hi hi hi
ju si ju
anopluro
Ah!— exclamó. Y además exclamó:
—ta! , hum!, córcholis!, mecachis! —y dándose una palmadaza en el musli-to siguió exclamando :
Quel gustache a pistache! Me circulo en la rueda de Santa Catalina. Me ensalmo a sombra de tejado. Me meduseo. Me traigo al retortero. Me acomodo a vacar. Me embalumo y me enfosco con un piezgo de corambre. Quel gustache a pistache. Me crío los pechos con una zapatilla. Me empanado con un hugono-te. Me meo a la flor del perro. Me echo la pata. Me tengo el pie sobre el cuello. Me hombruno de lunas. Me enlobezno (grrrr.). Me chocheo los dospatitos. Me hago la zancadilla con las patas en alto. Me voy por los cerros de ubeda, aprieta+, atiza!, arrea!, brrrr!, fait pas chaud. Quel gustache a pistache!
El observador desinteresado que la observaba por el ojo de la cerradura se preguntó si nuestra heroína estaría en sus cabales y si sí por qué y sino por qué no.
—No soy ninguna occiputa— díjose Pomesita para su capote de zorros pla-teados que críaba con ovomaltina y sal de fruta ANO gracias a lo cual era un capote ENANO.
—Mecachis y córcholis? Ca sent l’entrejambe, qu’elle dit en flairant l’atmosphère et plus encore l’onosphère d’une narine qui se voulait délicate. Me suis- je aspergée ce matin?
(Cortina musical, o como dicen los franceses, Rideau de musique: Asperges me Dooooomineeeeeeeee! CORO: sniff! sniff! sniff! Bravo!! Pis! bravo! Pis!).
Es así como Pomesita La Meonne prosiguió su coquetona disertación:
—Quel gustache a Pistache! Si estuvieran aquí mis amiguitas Sylvia y Alejandra! Ellas sí que saben la cosa-cosa! Ellas sí que cogitan hondo y franco!
p.2. av. de pom. lac. onasse.
Si estuvieran Alejandra y Sylvia!Qué amiga de sus amigos!Qué señoras para criados y parturientas!Qué maestras de esbozados y calientes!Qué sexo para concretos!Qué gracia para los osos!Qué corazón!!!!A los bravos y legañosos,un meón!En venturam Vespasianas;Pomesianas en jodery estrullar;en la virtud, Africanas;Animales en xx sabery laburar;en la bondad, mejor no hablemos;en sus brazos, siempre, don Aureliano,y a veces Marco Tulio por lo que les prometíacuando se vestía de tía -.No alcanzaron a huir con muchas riquezasen las axilas.
De pronto Pomesita xx medita y hesita al niveau del caniveau y vuelve a hhesitar, excitada, entrex un hombre de bigotes, y de buenas letras, un honm
bre de ambas sillas y un hombre de pelo en pecho, un hombre xx menudo ynuevo y no tener uno hombre, un hombre de copete y un hominicaco, un hombrede calzasxxxxxxxx atacadas y una hombrera, un hombre bueno y un homúnculo,un hombre de manga y una hopalanda, un hombre de pro, de pré y de pprá yun hoplita, un hopo y un hondeador, un hondureñismo y un hongo, pero tuvo miedo de mancillar su honrilla y cerrando los ojos los dejóx pasar.
Es así como, desolada, contemplçó por la ventana, sola, solitaria,ebria de trementina y largos besos y, distraída, rascábase el divertículodel costal de los pecados , la comisura del bacinete y la islilla del chi-fle turullante como un escodadero.
A la mañana siguiente encaminose a Domodossola en donde había dormido. Había dos pasajeras en el auto, dos jóvenes egipcias que iban de Calais a Venecia en auto-stop, con un mensaje de helicóptero de Munich a Buenos Aires para el regreso. Caía plúmblea pluvia sobre el lago Mayor; xxxxxx Pomesita patinó y rompióse el anfiteatro coxal sin que sus compañeras se inmutaran.
Se compró entonces dos smokings blancos y su amigo Pérez la invitó a fes-tejar su partida con alfajores. La velada se prolongó hasta tarde y se co-gió (el subrayado es nuestro)= A la mañana siguiente confió el auto a un me-cánico y tomó agua de Vichy, luego hizo pipí (bravo!—musitó el observador desinteresado que la espiaba por el ojo de la cerradura. —Cf. école du regard).
—Tu sculptas— díjose Pomesita llorando— Je sus. Vous voulûtes. Vous sûtes. Tu dis que l’humanité a vu la Vierge. Pas vraie, mon pot.
paj. trua de pom. l. con.
Pomesita no estaba contenta.
—Hay algo podrido en el reino de los cielos —meditó— Cela a uneodeur xx d’entrejambe. Ne ferme pas.
—Ay, ay! no señor, si tengo tres callos en cada dedo —respondió la fámula–
Un taureau passa et lui pissa le pied.
—Et comment te feras-tu aimer? répondit la petite fourmi
l ramo de olores. Sal y pimienta. Ajos chicos. Borriqueta a la minuta. (Self-borriqueta) 1 estragón 1 pimentón 1 satiricón un rincón un callorynchus callorhyncus. L. 1 kilo de gallo 1 chalote en franco hervor un amasijo de queso 2 hojas de colapez 2 hojas de cola pollo 2 hojas de colagogo
Instrucciones para el uso: en una asadera de porcelana refractaria hágaseun caldito con almejas (sin conchitas). En cuanto suelte el hervor grite “mamá” y hágase a un lado. Esto formará una pasta homogénea llamadaxxxxxxxxx “pastacciuta”. Luego se saltará una borriqueta habiéndola untado previamen-te de huevo batido y colapez. Independientemente, se calentará prudentemente la cresta del kilo de gallo hasta que se le vayan las agallas y se dejede joder en los campanarios. Estragar el culo del estragón hasta desposeerlo de las glándulas naturales de un estragón. Rellenar el culo del estr agóncon el satiricón cortado en finas lonjas picadas con chalote franco y conun puño de queso, escalfando por último el callorhyncuscallorhyncus L. conun diente de ajo, un ojo de cebolla y cuatro kilos bifes con papafritas.
Echar a un rincón. Absorber las hojas del colagogo a la azunceña y servirel todo en una fuente verde con florcitas rosadas.
Consejo de provecho general para gandes y chicos:el pescado de mar no tiene gusto a entrejambe.
Dígale a su médico que Ud. no come pescado y verá lo que él le dirá.
—La reputísima madre que lo parió!! —xxxxx dijo el Dr. Planck.
No todo lo que se pesca se puede comer. Ejemplo de ello el Congo Belga.
Hay religiones que prohibe n comer cerditos, vaquitas y homúnculos pero ninguna prohibe pescar.
No compre cualquier pescado. Compre callorhyncus callorhyncus L.
Desde tiempos prehistóricos se come pescado, y más aún x: trufas con ceniza.
Enseñe a sus niños a comer pescado y ríase después de las espinas:
ja ja ja
je je je
ji ji ji

Nota: Atención de Sylvia Molloy. Escritos en colaboración con Pizarnik en París.
Los errores tipográficos son de la versión original.

dr. elephant de